Lo tienes todo en tu mano. Unas pantallas AMOLED que mejoran el consumo cuanto más oscuros muestran los colores, una interfaz oscura que ya mostrabas en tu más que criticable TouchWiz desde hace años, unos pasos a seguir para aumentar el rendimiento diario de tus terminales... Y nada, decides pasarte al blanco, como Google.
Para los que no conozcáis la tecnología AMOLED de Samsung, en resumen, cada píxel está iluminado por su propia luz, esto permite que cuando muestra un color negro, el píxel se apague por completo y no consuma, a diferencia de las TFT y las actuales IPS que iluminan toda la pantalla constantemente muestre el color que muestre. Es muy discutible si uno prefiere IPS o una AMOLED, ambas tecnologías tienen sus pros y sus contras (excesos de saturación, falta de brillo, rangos, colores poco realistas, etc), pero señores, si tienen algo en lo que son punteros, úsenlo en su beneficio y no lo dejen pasar.
Llevo con tus pantallas AMOLED desde que tuve mi primer terminal inteligente, el Samsung Wave con vuestro ya muerto bada OS (o incluido en vuestro futuro cadáver Tizen OS, me da igual) hace ya más de 4 años. Sí, hablo de ese aparato increíble que fabricasteis con un diseño aún mejor, con su buen altavoz situado en la parte superior, su tapa extraíble, su parte plástica inferior oscura pero translúcida al sol, y... metálico, no como el terminal que lanzásteis paralelamente con Android, el plasticoso Galaxy S, ese con el que iniciasteis todo. Aun llevando un OS destinado a fracasar por un ecosistema tan poco desarrollado y pulido, me sentía orgulloso de tener un móvil increíble con, entre otras muchas cosas, una Super AMOLED de 480x800 pixels e interfaz oscura, que en mi caso, por la labor que hacía con él en badaspain, de tener tanto tiempo la pantalla encendida con el brillo siempre al máximo, el muestreo de sus colores me llegó a quemar zonas de la pantalla que siempre permanecían iluminando sin movimiento, y se notaban al ponerla totalmente en blanco.
De ahí me pasé a un terminal con misma resolución de pantalla pero con una pulgada más de tamaño, al Galaxy S II. Peor diseño, plástico, mejor ecosistema, pero más tecnología AMOLED, concretamente su versión Super AMOLED Plus, bajo un similar oscuro TouchWiz del que no tuve queja.
Saltar a un Galaxy S III al poco tiempo fue una de mis mejores experiencias. Curvas, comodidad, mejora de sonido, media pulgada más y resolución 720x1280 píxels en su brillante pantalla Super HD AMOLED me hicieron disfrutar de esta tecnología, y fue con este terminal cuando decidí dedicar tiempo para que su muestreo de colores oscuros fuesen más agradables a nuestros ojos y a las baterías.
Sí, hablo de mis versiones Holo basadas en los colores oscuros de aquella renovada interfaz 4.0 de Android, llevados a aplicaciones que usan blancos en exceso.
Seguir escalando en prestaciones era ya un deseo y un vicio, me llamaba demasiado la atención la gama Note, y salté a mi actual Galaxy Note 3. Este terminal me ha hecho recordar al Wave por la posición del altavoz eliminado de la parte trasera, y al S II por su diseño general, pero me defraudó un poco con su pantalla Super FULL HD AMOLED de 1080x1920 píxels cuando lo comparé visualmente con el S III antes de deshacerme de él definitivamente. Brillaba menos, los colores se veían más apagados, pero el salto al ecosistema stylus y el incremento de casi una pulgada más, venció. Seguí con AMOLED y TouchWiz, y seguí modificando a Holo.
Y... ¿Ahora qué?
Ahora me planteo dar el salto al recién presentado y ya hoy comercializado Galaxy Note 4, una versión muy mejorada del Note 3 con pantalla Quad HD Super AMOLED de 1440x2560 píxels con mejor rango de brillo y el doble de resolución en la misma diagonal que el Note 3 pero en el que volvemos a tener altavoz trasero, aunque mejor diseño tirando al metal. Las gallinas que entran por las que salen: sigo extrañando aquel diseño de mi primer smartphone.
Tenemos a Google renovando interfaz con su Material Design, en el que mejoran considerablemente la estética general de Android pero basándose aún más en colores blancos y muy llamativos en todas sus aplicaciones, olvidándose de esa temática Holo oscura que favorecía claramente a las pantallas AMOLED.
Tenemos también a Samsung, que en su Galaxy S5 ya mejoró TouchWiz apuntando a Material Design y permitiendo elegir, por ejemplo, mostrar los ajustes en lista o en cuadrícula pero todavía basándose en colores oscuros, y en este Note 4, definitivamente ha decidido renovar casi toda la estética de su interfaz pero ha optado por los colores blancos y llamativos, cediendo ante los cambios de Google.
¿Por qué, Samsung? ¿Por qué teniendo las que a mi parecer son las mejores pantallas de dispositivos móviles de todo el mercado después de 4 años, las que mejor aprovechan esos colores oscuros y los negros apagados, y después de que se haya comprobado una y otra vez ser cierto que se mejora el consumo en vuestros terminales cuanto mayor número de píxels apagados muestran tus pantallas, decides cambiar al lado del elevado consumo? Tienes a Motorola usando ya esta tecnología, el nuevo Nexus 6 suyo junto a Google, y ninguno de los 2 fabricantes, ni Google, os habéis dedicado a mejorar el ahorro de batería en vuestras interfaces, pero sí decidís añadir botoncitos de "Invertir colores" o "Colores negativos", cuando lo que podéis hacer es recurrir a esas interfaces que tenéis ya en Android como son Holo y Holo Light o, al menos, permitir que nosotros elijamos en cada aplicación (o en todas de golpe) qué interfaz queremos, si una que ahorre, o una que gaste. y en esto os están ganando terreno muchos desarrolladores que en sus aplicaciones sí miran por las pantallas, por la personalización, y por el "para gusto, los colores".
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